Iglesia y científicos fueron opositores de Charles Darwin
- El Comercio / Ecuador
- 19 abr 2017
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Las ideas sobre la evolución del científico británico Charles Darwin fueron un sacudón en el pensamiento del siglo XIX. Las principales reacciones vinieron de grupos de corrientes religiosas que insistían en el origen divino de la vida y el ser humano.
Pero fue precisamente su vinculación temprana con el mundo eclesiástico -estudió en el Christ’s College de Cambridge- el que le permitió asistir a las clases del entomólogo y botánico John Henslow, algo que influyó directamente en su expedición a Gales y en el viaje del Beagle, uno de los principales acontecimientos de su vida.
En 1831 zarpó de Plymouth. El objetivo del viaje era completar un estudio topográfico de los territorios de la Patagonia y Tierra del Fuego. Durante los cinco años de viaje, Darwin conoció las costas de América del Sur, las Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda, Australia, Mauricio y Sudáfrica.
La travesía lo llevó al hallazgo de una semejanza entre la fauna y flora de las Galápagos, con las de América del Sur. Sus investigaciones lo llevaron a dudar de la teoría de la estabilidad de las especies, aceptada hasta ese entonces.
No fue sino hasta 1856 cuando empezó realmente a trabajar sobre estas observaciones. ‘El origen de las especies’ se agotó como un ‘best seller’. Los 1 250 ejemplares impresos se vendieron el 24 de noviembre de 1859.
Su teoría no fue bien recibida en un inicio. Darwin fue ridiculizado durante años. En 1871 publicó ‘El origen del hombre y la selección en relación al sexo’. Su tesis era que el ser humano apareció en la Tierra por mecanismos naturales y no divinos. Este trabajo fue sustentado en un estudio anterior donde hablaba de la variación de animales y plantas por la domesticación, algo que intentaba explicar el origen de la vida o pangénesis.
En 1881 empezó a tener problemas de corazón y el 19 de abril de 1882 falleció a causa de un ataque cardíaco, en su casa de Down, a los 73 años.SClB
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