58 años trabajando por la conservación de Galápagos y su biodiversidad

La primera área protegida del país y una de las más importantes del mundo cumple 58 años de creación. En el Malecón de Puerto Ayora, se realizó la ceremonia de aniversario, en la que se destacó los resultados de las acciones implementadas por el Ministerio del Ambiente para garantizar su protección, restauración, manejo y control que han permitido que el 95% de las especies originalmente registradas en el archipiélago se mantengan en un buen estado de conservación.

En el marco de esta celebración, esta Cartera de Estado ratificó el compromiso del trabajo coordinado con las instituciones del Estado, aliados estratégicos y los gobiernos autónomos para fortalecer el modelo de desarrollo sostenible de la población local en armonía con los ecosistemas insulares y marinos.

El 4 de julio de 1959, mediante

decreto ejecutivo declaró Parque Nacional al

97% de la superficie de las islas

Galápagos

Durante la ceremonia conmemorativa María Eulalia Ponce, Ministra de Ambiente subrogante, enfatizó la importancia de esta área protegida en la cual habitan más de 25 mil personas. “La relevancia internacional de las Galápagos no es producto de la casualidad o la improvisación, es el resultado de sólidos procesos técnicos, basados en el conocimiento científico, enmarcados en los planes y programas que el Ministerio del Ambiente, a través de la Dirección del Parque Nacional Galápagos está ejecutando”.

La celebración, que reunió a 350 guardaparques, se reconoció su ardua labor y su compromiso por preservar los ecosistemas únicos de las islas. “Nuestro trabajo en Galápagos es una gran responsabilidad, pues está en nuestras manos un mundo lleno de vida que debemos cuidarlo. Lo que siento por Galápagos lo tiene que sentir todo el Ecuador, y más allá, toda la Humanidad” dijo emocionado Jefrey Málaga, guardaparque de la isla San Cristóbal con 16 años de experiencia.

En estos 58 años de historia, la autoridad ambiental, ha implementado proyectos destinados a restaurar aquellos espacios naturales de alto valor ecológico que se ha visto alterados; y a conservar aquellos que se han mantenido su pureza o perfección natural.