Ecuador logra nacimiento de tiburón en laboratorio
- Diario El Comercio / Ecuador
- 3 feb 2019
- 3 Min. de lectura

Los huevos de tiburones y de rayas encontrados en los descartes de pesca pueden ser una esperanza para la conservación de estos animales. Esta iniciativa ya se empezó a probar en el país, y a partir de la recolección de estas cápsulas, se ha logrado el nacimiento de dos ejemplares en laboratorio.
Maribel Carrera-Fernández, docente de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, en Manta, y líder del grupo Sharep de Investigación de Tiburones y Rayas del Pacífico, explica que estos animales -especialmente las rayas- son víctimas frecuentes de la pesca incidental. Esto han podido evidenciar con su trabajo, ya que parte de su labor consiste en acudir a los puertos para revisar la existencia de estos ejemplares, recolectar los peces hallados sin vida y hacer pruebas para conocer más sobre su biología.
Al abrir a las rayas -cuenta- empezaron a notar que muchas veces tenían cápsulas en su interior que no eran rescatadas y su destino, por lo general, era convertirse en harina de pescado. Esto dio la idea al equipo de que debían empezar a recolectar estos huevos y crear los medios adecuados para que los embriones se desarrollen.
Al poner en práctica la iniciativa, las primeras dos cápsulas no completaron su ciclo. Tras esta prueba, empezaron a modificar poco a poco las condiciones hasta que, en octubre del año pasado, lograron la eclosión del primer huevo de raya equatorial obtenido en laboratorio en el país. La cría ahora se está adaptando a comer sola y la idea es ir recreando las condiciones de su hábitat natural para que en el futuro pueda ser liberada.
En enero de este año, un segundo huevo eclosionó en el laboratorio. En esta ocasión, la cría pertenecía a un tiburón de la especie Heterodontus mexicanus, que por lo general se distribuye en la zona del Pacífico, desde México hasta Ecuador.
Carrera-Fernández cuenta que el proceso se inició con el hallazgo de un tiburón hembra, que también había sido víctima de la pesca incidental. En este caso, el animal estaba vivo, pero a causa del estrés expulsó uno de sus huevos.
Los estudiantes lograron poner al tiburón nuevamente en el agua y la cápsula fue llevada al laboratorio para intentar que su proceso continuara. La etapa de gestación de este animal duró cuatro meses y medio (141 días) y finalmente nació la cría en óptimas condiciones.
Debido a la falta de información, el estado de conservación del Heterodontus mexicanus corresponde a ‘Datos insuficientes’, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Patricia Castillo-Briceño, especialista en fisiología de animales marinos de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, en Manta, y miembro del Grupo Ebioac Bioma Ecuatorial y Acidificación Oceánica, cuenta que esta es la primera vez que se logran obtener datos sobre el tiempo de gestación de esta especie y su tamaño al nacer. Ahora se va a empezar a registrar, también por primera vez, la información sobre su proceso de desarrollo.
Desde que nació, el tiburón está en un sistema de acuario. Los investigadores explican que se recrearon las condiciones de su hábitat natural con algunos materiales como arena y rocas, y se controla la temperatura del agua. Lo mismo se está aplicando para la raya.
Castillo-Briceño explica que el siguiente paso es realizar pruebas de alimentación. Esta es una de las partes más críticas con los animales marinos -dice- porque se debe lograr que adquieran las condiciones de supervivencia y estén en capacidad de defenderse en sus entornos silvestres. Para esto están utilizando alimento vivo, similar a lo que los animales encontrarán en su medio en el futuro.
El objetivo con este proceso es que esta información esté al alcance de otros investigadores para continuar con el estudio de ambas especies y tener las herramientas para protegerlas. Castillo-Briceño dice que esta metodología, en la que trabaja con Carrera-Fernández y Francisco Navarrete-Mier, puede ser propuesta como un mecanismo de conservación.
Una segunda fase consiste en conseguir más cápsulas en los descartes, desarrollarlas en laboratorio y lograr la reintroducción de las crías para rescatar una parte de todo lo que se pierde en la pesca incidental.
En contexto
Los grupos de investigación Ebioac (Bioma Ecuatorial y Acidificación Oceánica) y Sharep (Proyecto Rayas y Tiburones del Pacifico) son los encargados de la ejecución del programa, que se lleva a cabo en sus laboratorios en Manta.
Comments