Peligro en Galápagos
- Diario El Comercio / Ecuador
- 1 abr 2019
- 2 Min. de lectura

Opinión escrita por Enrique Echeverría
La pesca cercana a nuestras Islas Galápagos está en grave peligro: 245 barcos pesqueros chinos están en las cercanías.
No es la primera vez: en agosto de 2017 llegaron cerca de 300 embarcaciones. Una de esas arriesgó y llenó sus bodegas con 300 toneladas de especies marinas, entre ellas las muy cotizadas aletas de tiburón. La Armada del Ecuador capturó ese barco. La justicia condenó a los tripulantes a un año de prisión e incautó provisionalmente el barco pesquero. Si con uno solo recogieron 300 toneladas, ¿qué se puede esperar con 245 barcos ahora cerca de la Zona Económica Exclusiva?
En tierra firme –y lo estamos viendo en el caso de Venezuela- las dictaduras esgrimen la tesis de la “soberanía” para justificar cualquier acto que se haga dentro de su territorio. No aceptan la intervención de otros países de América y Europa, que no pueden mirar impasibles la tragedia de sus habitantes.
En el caso del mar, todo lo que esté más allá de las 200 millas se considera libre y, por ello, la pesca indiscriminada estaría autorizada. Pero cabe recordar que está vigente la Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar (Convemar). Esta Convención obliga a China, igual que al Ecuador a limitar la explotación de la fauna marina y determina restricciones para no acabar con esa riqueza.
La Armada Nacional, al detectar la cercanía de la flota pesquera china cerca de la Isla Isabela, dio a conocer que encendió los registros del Sistema de Monitoreo, que es parte de la actividad del Comando de Operaciones Navales. Aclaró que las naves extranjeras están fuera de la Zona Económica Exclusiva Insular, pero cerca del borde.
Con el ejemplo de la nave que capturó 300 toneladas de especies marinas hace dos años, si la única consecuencia es que unos cuantos marinos chinos vayan presos por un corto tiempo, pero la nave en sí misma se considera intocable y no puede ser retenida y decomisada, sería muy sencillo que algunas docenas de la flota de 245 que ha llegado recién, pesquen dónde les plazca a sabiendas de que con la prisión de unos cuantos miembros de su tripulación estaría solucionado todo, pero los barcos libres de toda consecuencia.
Quienes conocen, en detalle, la Convemar deberían emitir opinión sobre la amplitud de la vigencia del régimen internacional.
Según se conoce, la cuestión del comison del barco utilizado hace dos años se halla a conocimiento de la Corte Nacional de Justicia. Se trata de un asunto trascendental no solo para nuestro país sino para la supervivencia de las especies pesqueras de los mares. Por lo mismo, haría bien en escuchar el criterio de expertos; y, para el caso, al Dr. Luis Valencia Rodríguez quien, en la ONU, contribuyó para la redacción de la Convemar; y, a otro u otros especialistas, dada la alta importancia de este caso.
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